21 de enero de 2007

Cytophora citrícola

Estas arañas son frecuentes en todas las zonas templadas y cálidas de Europa, Asia y el norte de África, así como en el archipiélago canario.

Respecto a su tamaño, su cuerpo puede medir entre 1 y 1,5 centímetros y en conjunto con las patas, alrededor de 2,5 a 3 centímetros. En lo que respecta a su morfología, es muy similar al de la diadematus (araña de la cruz), la forma de su abdomen es la que presenta las principales diferencias, ya que, es menos grueso y sobre él y de forma paralela, presenta unas protuberancias que se extienden a lo largo del mismo. Presenta pelos por todo el cuerpo y es de colores marrones ocres. Respecto al macho, su tamaño es inferior, como sucede con la mayoría de las arañas. El cual en el periodo de cópula se acerca a las telas de la hembra para copular, el cual, en muchas ocasiones es confundido con presas y corre la misma suerte de estas.

La tela de esta araña es muy peculiar, la coloca en lugares intrincados entre mucha maleza y su tamaño oscila entre 30 y 50 cm,, la tela la teje horizontalmente y combina el formato irregular con el formato regular. Teje una tupida tela y con una forma muy regular y fina, con unos cuadraditos de a penas milímetros, tiene la forma de una bolsa con un embudo central por la parte inferior, donde se coloca ella en posición invertida y donde lleva a sus víctimas, una vez muertas para comerlas. En la parte superior de la tela el entramado de la tela es irregular, llegando a ser caótico. Toda esta estructura se sostiene con hilos suspendidos desde las ramas y plantas próximas. Sus puestas las suele dejar en zonas muy próximas a su tela. Puede llegar a convivir con su descendencia.

Las hembras pueden superar el centímetro de longitud corporal, siendo los machos, como en la mayoría de las arañas un poco más pequeños.
Las hembras construyen telas de entre 30 y 50 centímetros de diámetro, que quedan suspendidas horizontalmente gracias a numerosos hilos de seda largos que se aferran a las plantas de alrededor. La tela en sí está tejida muy finamente, formando cuadraditos muy pequeños, y con un agujero en la parte central que tiene los bordes levantados. La araña puede tardar más de cuatro noches en terminar esta obra.Después, la hembra se sitúa por la parte inferior de la tela, próxima al agujero central, quedando, por tanto, suspendida con el dorso hacia el suelo, a la espera de que queden atrapados los pequeños insectos de los que se alimenta.
Los machos se acercan a las hembras sobre sus telas y corren un cierto peligro de ser confundidos con presas. Si logran su objetivo, después de la fecundación, la hembra dispondrá dos o tres capullos de seda con los huevos colgando del centro de la tela y los vigilará constantemente. En muchas ocasiones, las pequeñas arañas se quedan a vivir en compañía de su progenitora.

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