29 de marzo de 2007

Sphodromantis viridis

Son insectos de una voracidad espectacular, llegando a ser capaces de atacar a individuos de su propia especie y de tamaño similar e incluso superior a ellas, son capaces de capturar incluso pequeños reptiles. Para certificar su elevada agresividad, la hembra, en la mayoría de los casos, devoran al macho después de la cópula siempre que pueden, se dice que esto mejora la fertilidad de la hembra



Morfológicamente, son alargadas, tienen un tórax y abdomen alargados, los adultos presentan alas, que pueden utilizar para vuelos cortos, sus colores son marrones o grises pardos y verdes, que le sirven para camuflarse y mimetizarse en su entorno. Las hembras son mayores en tamaño que los machos. Para convertirse en adultas tienen que realizar el proceso de la muda 6 veces, para ello se colocan en suspensión hacia abajo y saliendo por la parte anterior de la vieja cutícula se desprenden de su antigua muda.

En la época de apareamiento es el único momento en la que los machos y hembras se reúnen, motivado por que la hembra, cuando alcanza la madurez sexual, emite feromonas que atraen al macho. En esta época las hembras se vuelven muy agresivas y en el acto de apareamiento o justamente después no dudan en comerse al macho siempre que pueden. Cada hembra puede ser fecundada por más de un macho. El acto de copulación es de aproximadamente 2 horas. Tras la cópula, pone sus huevos en capsulas llamadas ootecas que fija a ramas, troncos o incluso piedras. La espuma que recubre los huevos, se endurece pronto, lo que permite proteger los huevos hasta que se abren. Los huevos eclosionan entre los meses de marzo y abril, inmediatamente después se dispersan ya que no desarrollan un modo de vida social y realizan su primera muda.

Fuente: Propia

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