Es un mántido bastante exótico, es la más bella de las mantis europeas. Es habitual en zonas áridas y secas de clima cálido. Su ciclo vital es un tanto extraño, pues al contrario que la mayoría de los de su especie, tiene un ciclo de crecimiento lento, las ootecas eclosionan durante el mes de junio y pasan en verano en su fase de ninfa.
Con la llegada del otoño y el invierno, se esconden entre las plantas, bajo piedras o cualquier sitio en las que puedan resguardarse del frio, reducen drásticamente su actividad y su alimentación, con la llegada de la primavera, salen de sus escondites y reanudan progresivamente su actividad, a finales de la primavera alcanzan el estado adulto, fase en la cual se aparean y semanas mas tarde mueren, siendo posible que lleguen hasta finales de septiembre. Respecto a su aspecto, dan la sensación de ser un insecto frágil y delicado, elegante en sus formas y movimientos, está perfectamente mimetizada en su medio, convirtiendoles en unos temibles y certeros depredadores. Los colores suelen ser marrones, pardos y pueden llegar a ser verdes, aunque no es muy frecuente. No es tan agresiva y voraz como su pariente próximo la mantis religiosa. Otro rasgo característico de estos insectos es que no es habitual que la hembra se coma al macho despues de la cópula.
Su tamaño alcanza los 7 u 8 centímetros y en estado adulto desarrollan unas alas útiles, las hembras presentan mayor dificultad para el vuelo que los machos. Entre sexos, presentan dimorfismo, siendo el macho más pequeño y presentando unas antenas con forma de plumas.
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