20 de enero de 2009

En la noche

Al caer el sol, cuando nosotros nos vamos a casa, los insectos siguen su ritmo y ya que su vida es tan corta, ¿por qué desperdiciarla?. Debe ser por este motivo que su actividad sigue por la noche, es más, algunos la inician a estas horas de oscuridad.




Es el caso de nuestra amiga, la araña de jardín.

Se trata de una araña de unos 3 a 4 centímetros, que cuando cae el sol, inicia su faena, la cual consiste en montar su tela, pues como es muy aplicada, la recoge todas las noches antes del amanecer y por eso, todas las tardes la tiene que volver a poner.

La pregunta que me vino a la cabeza fue, si la monta en el mismo sitio, ¿por qué no la deja puesta y así se ahorra el trabajo?. Pensando e investigándola un poco durante varias noches, llegué a varias conclusiones. La primera, fue que cada tarde, cuando caía el sol, la araña, analizaba primero la dirección del viento y en función de esta modifica la disposición de la tela, es más, había noches que no la tejía, quizá la razón esté relacionada con la afluencia de insectos voladores nocturnos. Por otro lado, una segunda razón era, que esta araña, despliega su tela en lugares de paso, por lo que si la dejase puesta, animales diurnos, como por ejemplo aves, podrían romperla y así destruir sus hilos maestros, que son los únicos que no retira para así facilitar la laboriosa tarea diaria.


Esta araña la estuve observando a ratos durante más de un mes y su conducta era muy curiosa. Lo cierto es que si le funciona, ¿por qué cambiarla? pues lo cierto era que sus víctimas caían con bastante frecuencia, lo cual era un claro indicador de la gran eficacia de esta técnica.

Respecto de la realización de las fotos y su observación, tengo que decir, que no resultó fácil, pues la tenía en un árbol a unos dos metros de altura y realizar aproximaciones a esa altura en posiciones bastante incómodas, no facilitó nada la labor.

2 comentarios:

Leodegundia dijo...

:-) Ahora me explico por qué nunca me topo con una araña, yo a la caida de la tarde ya estoy en casa, tendré que salir un día para ver si me encuentro a alguna tejiendo su tela.
Me encantó la explicación que diste del motivo de desmontar y volver a montar la tela.

Laia dijo...

Yo diría que más que la araña de jardín (Araneus diadematus) se trata de A. angulatus: esta araña tiene dos 'jorobas' y un trío de puntos blancos en el inicio del opistosoma.